miércoles, 28 de noviembre de 2018


                        HA PASADO UNA NUEVA GENERACIÓN.

       HA PASADO UNA NUEVA GENERACIÓN


Cuando de niño ves la vida, piensas... ¡que feliz soy el haber nacido!, todo es belleza, gozo, alegría; disfrutas de todo lo que te ofrecen tus cinco sentidos y sientes en tu corazón el amor como regalo de la naturaleza de esta bendita tierra.

Según vas creciendo, van cambiando las actitudes diarias, ya no eres el niño de años atrás, eres  ya un muchachito que tiene sus obligaciones, ya no te vale que tengas pendiente a todas horas a tus padres para cuidarte, limpiarte… ya tienes obligaciones que cumplir, como ir a la escuela, hacer los deberes, asearte, cambiarte de ropa, cuidar de tu cuerpo...

Hay una tercera etapa que no puedes estar jugando todo el día, hay que estudiar si quieres aprobar los exámenes y no digamos si tienes que pasar por la Universidad. Hasta aquí todo va más o menos bien. Como ya eres un adulto necesitas formar una familia, conoces a tu futuro cónyuge, esta es otra etapa de la vida muy importante y de gran responsabilidad, ha llegado una nueva generación, nacen tus hijos y vuelta a empezar, pero aquí se aumentan las responsabilidades, tienes unos padres que atender porque ellos solos no se valen, la abuelita murió y ahora el abuelo se encuentra triste y sólo. ¿Qué hacemos con él?. Mis hermanos y yo tenemos ya nuestra vida propia y muy comprometida para poder sustentar nuestra casa y a nuestros hijos. Hablamos entre nosotros y ya las casas se quedan pequeñas para convivir con otro miembro más. ¿Lo mandamos a una residencia? Pues yo creo que va a ser lo excelente, porque así estará mejor atendido. Dicho y hecho, buscan una que se pueda pagar con la pensión que él cobra y de la noche a la mañana hacemos las maletas y ya está en una bonita residencia, tan contento, claro la novedad, allí hay muchos, casi todos son de su edad. Enfermeras y personal de servicio afable y con buen trato, pero el abuelo cuando llega la noche se ve desamparado, sólo, piensa en su amada esposa, que si ella viviera estarían los dos juntos y la vejez sería más llevadera. Pero la Ley de la vida es así y nunca cambiará al menos lo que nos quede de vida.

Hasta aquí y en este simple folio ha pasado una nueva generación.
                                                                               
                                                                                JUMECO        


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