(Para el que siente desprecio a sus
semejantes)
Estoy
casi en tinieblas sólo hay una tenue luz, el anhelo de la vida hace encender
una vela que acompañe mi soledad.
Con la
fulgurante llama reflejada en al pared, observo como odas de fantasmas que se
acrecentar en mi ser.
Reliquias de mis pecados
que no se acaban de desvanecer; admito y sufro por ello y pido arrepentido
perdón. Un perdón que te da el SEÑOR, por tu arrepentimiento y por tu deseo de
llenar de paz tu alma. Pero queda una mancha muy difícil de quitar y es: borrar
los malos pensamientos de mi mente, la que siempre está maquinando de venganza.
Ser mas que nadie. Destacar por mis fuerzas, superar a todos, aunque sea
imponiéndome con mi maldad. Así no puedo tener mi alma pura mientras deprecie a
los demás. Alma que por mi ideología no admita la benevolencia del resto de la
sociedad, siendo yo supeditado a la clemencia y compasión.
¿Cómo voy a llegar al
cielo con tan poco combustible? He de ganar mas litros para ello, con mis
buenas acciones, mi humildad, mis favores, la forma de destruir mi inexorable y
horrible arrogancia que me caracteriza, cambiar mi forma de sentir, de obrar,
de superarme en bondad que es la forma
de GANAR EL CIELO.
JUMECO
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