El
odio
sólo
siembra fracasos
enmudece
placeres
y
deja en la incógnita el porvenir.
Te
predispone
al
desajuste personal,
La
honorabilidad en ti
desaparece
como lo hace
el
color en las flores
en
una nimiedad en el tiempo.
No
es notorio en la apariencia,
pero
el fondo se va degradando
hasta
que la exuberancia
muestra
al mundo su crudeza.
Modifica
los sentidos,
cancela
el bienestar,
infunde
en tus pensamientos
hasta
tu alma derrotar.
Se
hace dueño de ti
en
un arrebato y
él,
te hace inducir
al
maleficio que te dominará.
Piensa
y, fortalece tu alma
echándolo
fuera de ti
que
será la forma de que
vuelvas
a ser feliz.
JUMECO
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