El silencio
recorre los campos
embriaga la
hierba de pudor,
de
clemencia, bajo las sombras
de los
copiosos árboles;
sin culpa,
sin enojo, pero sufriendo
los desmanes inmerecidos.
Espero con
impaciencia el calor
del sol que
acaricia cada día mi ser,
en esta
mansedumbre que me acongoja.
No me agobia
el futuro incierto,
me
transporta a mi vida actual
evidente que
estoy sufriendo.
Bajo la tenue
luz de la luna
recapacito
mi situación
que ilumina
mis sentidos y,
pienso que
el más allá llegará
como llega
la primavera
acompañada
de golondrinas,
anunciando
con su gorjear
Y sólo
entonces desplegaré
mis alas
para volar buscando el infinito,
lo
incógnito, que nunca se vio
en este
mundo terrenal.
Ya no habrá más
silencios,
ya se abrió
el infinito que disfrutamos,
pero que no
vimos jamás.
Todo será
novedoso;
Todo será
inigualable de lo anterior.
Será como un
sueño más
de los que
disfruté,
tantas y
tantas veces
y que no se
hicieron realidad.
JUMECO
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