Este tema que nunca alcanzas a dar la importancia que tiene
hasta que no llegas a ser mayor, (Al menos a mí me ha pasado)
Cuando eres joven no piensas en ello; no porque creas que no vas
a llegar, no. ¡Es que faltan tantos años! y estos pasan tan despacio que nos
parece que nunca van a llegar. Pero todo llega y todo pasa.
Te recreas cuando ves a un bebé, a un niño de corta edad y se te
llena el espíritu de satisfacción,
aunque no sea un familiar tuyo. El pasar de los años y cuando llegas a la
tercera edad, (¡qué apelativo más horrible nos han puesto!), te vienen los
recuerdos de tu infancia; la armonía con tus hermanos, el amor de tus padres,
la convivencia que con ellos existía, que no volverá jamás.
Piensas que todas “las pobres riquezas que posees” te sobran, ya
no tienes vida, sólo materia. Recapacitas: piensas que a lo largo de tu
existencia tuviste mas sufrimientos que alegrías y, aún y así mereció la pena
vivirla. La preocupación mayor que puedas tener, es, que si algún día –no muy lejano- pierdas el control de tus actos y con
él la solidez de tu personalidad.
La edad le hace a uno maestro y esta misma puede con todos los
males, riquezas, bienestar, ambiciones, anhelos, venturas, prosperidad, y un
largo etc. Lo que veías antes como una fantasía, una ilusión… todo ello se
viene abajo y descubres la cruda
realidad. Pero con todo ello
PARA ENVEJECER SI ESTOY
PREPARADO.
JUMECO
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