Lenta como la pena avanza
la noche.
Surge de entre la niebla el reproche;
aquellos momentos deciden el
futuro
incapaz de consolidar la armonía
El intento de ensamblar
el requerimiento,
aun se encuentra lejos de prosperar.
Pienso y no encuentro soluciones
a corto plazo para mejorar la situación
que embarga el ambiente.
No sé si soy
culpable pero intento olvidar
y perdonar los reproches pasados.
Querer y amar lo que es,
lo que ha
sido y será mío,
de mi propia sangre y disfrutar
de su compañía como ser
humano.
La noche avanza y mi
pluma
se acerca mas al convencimiento
que todo se puede perdonar en la familia.
Hoy suplico perdón por mis
malas actuaciones
me enorgullezco del candor familiar.
Cuando la conciencia no
está tranquila,
sólo pides arrepentimiento.
Pides con fervor al Todopoderoso
que te ilumine
paras salir del apuro o la desgracia
que se te viene encima.
Entonces es cuando verdaderamente crees
en su bondad, en su poder de perdonar,
en su benevolencia.
Juras y prometes que no
lo volverás ha hacer jamás;
con ello demuestras tu arrepentimiento.
Pero tal arrepentimiento
no es firme.
El mal momento ya pasó y vuelves a las andadas,
sin pensar en el
tiempo pasado
y retrocedes a tu vida cotidiana de pecador.
Puede más el placer
del vicio que el sacrificio de la honradez
y su manifestación con el ejemplo.
Y así pasarán los días y
los años
y llegará el juicio final donde seremos juzgados.
JUMECO
La conciencia te pesa tanto que no puedes con ella y, confiesas al mundo tu pecado, no escrito sino de corazón que es como todos lo pueden leer en silencio. Yo pecador me confieso que pequé y me arrepiento...
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