Madre:
Hoy es un día especial
impuesto por esta sociedad de hombres.
No es necesario que
recordasen que todos los hijos tenemos madres, que sabemos lo que es un cariño
sincero y sin egoísmos materiales.
Desde el día que me
pariste ya te estoy queriendo madre.
Madre:
Esta palabra mágica que
te llena la boca de sentidos, que ilumina el mundo de estos hijos que nacieron
con el amor de sembrar más amor en el mundo tan necesitado.
Madre:
Que me sentiste nueve
meses dentro de tus entrañas; que soy cuerpo de tu cuerpo; sangre de tu sangre;
que eres la luz que me iluminas para seguir viviendo; que te debo mi ser; que
te debo mi vida; que te quiero y siempre te querré; que de no ser por ti yo
estaría en el éter del infinito ignorado.
Hoy madre; quiero pedirte
perdón si alguna vez he dudado de tu cariño. A veces nuestra mente nos
traiciona y nos olvidamos de la grandeza del cariño de una madre. Ese es un
factor imposible que ocurra en seres que sus sentimientos estén coordinados con
su naturaleza.
-¿Qué mal puede hacer
una madre a su hijo solamente recordando los dolores que pasó por él para
parirlo? Eso sólo lo saben quienes son madres y sino lo sienten así no merecen estar
en este mundo. Un mundo que no es interminable y que su vida terminará como
todos los seres vivos y tendrá que rendir cuentas en el más allá.
Hoy, una vez más quiero
decirte lo mucho que te quiero y siempre, siempre te querré, MADRE.
JUMECO
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