Registrada
Juntáronse la Primavera y el Verano y denunciaron
al Otoño y el Invierno por su crudeza e inestabilidad, llegando a litigio.
Comenzó el
juicio sobre tal acusación. El otoño atribuía en su defensa que de no ser por
él no se caerían las hojas de los árboles para aprovechamiento como nutrientes
de los suelos, además de contribuir al nacimiento de hojas nuevas. Con este
tema mas que suficiente para no dar lugar a apelación.
Después fue
llamado al estrado el invierno. Éste, con menos motivos de defensa declaró ser
el promotor de estaciones de recreo para pudientes esquiadores, negocio de los
calefactores, responsable de mantener los polos helados y... Vale, vale, fue interrumpido por el Juez.
Una vez
terminado todos los alegatos el jurado se retiró a deliberar y tomar sus conclusiones.
Hubo de aplazarse el juicio porque el caso fue muy difícil de resolver.
Al tercer día
se reanudó, ya con un veredicto concreto. El alguacil pasó la nota al Juez y
una vez leída se la pasó al vocal del Jurado popular que leyó lo siguiente:
Este Jurado ha
llegado a un acuerdo y hemos concluido sobre la acusación que recae sobre el
Otoño y el Invierno, el no culpable, ya que es una de las normas naturales de
nuestro planeta y no se pueden cambiar.
De esta forma
no se tomó en consideración la acusación y todo siguió igual.
JUMECO