lunes, 25 de octubre de 2010

EL QUE LA SIGUE...

                        

                                              



      EL QUE LA SIGUE…

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Todos los días rondé tu ventana
Los visillos de movían con recelo,
por eso sé que me esperabas.

Tu madre ignorante bien te decía:
Pero hija; ¿Qué haces tanto
tiempo en la ventana?

Nada, madre; me entretengo
en ver pasar los coches
y la gente que se arremolina.

El corazón me decía bajito
mientras yo hacía que paseaba:
¡No dejes de mirar a la ventana!

que un día se abrirá
cuando menos lo esperes,
y el amor dará la cara.

Así un día y otro, y otro,
siempre a la misma hora,
y la mocita ni se asomaba.

Una tarde de invierno,
casi anocheciendo,
cuando el frío mas arreciaba,
allí seguía yo como una estatua.

De súbito se abrió la puerta y,
ella salió triunfal, con decisión,
bajo un abrigo embozada.

Se vino derecha hacia mí
con una sonrisa que hiela el alma, me dijo sin titubear:

¡Bueno buen mozo!
¿Me invitas a un café
o me vuelvo a la ventana.?

Mi corazón más que latir
galopaba, me mordí los labios
por ver si en verdad soñaba.

Nos cogimos del brazo y nos fuimos calle abajo, buscando un café bar para con gusto invitarla.

El que la sigue la consigue

Eso me pasó a mí con la madre
de mis hijos. Que tanto me hizo sufrir mirando su ventana.

                        JUMECO




1 comentario:

  1. Este es un supuesto que me podría pasas , pero, que no me pasó. Una fantasía mas de la imaginación.

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