Registrada
Se robustecen los pechos en la noche
cargados de néctar de exquisita leche
ávidos del bebé que necesita.
Su grato olor inunda la cama,
sin sueño reparador
a su hijo amamanta.
No hay tesoro que compare
el amor al recién nacido:
Nunca agradecerá bastante a su madre,
lo que dentro de ella, esta vida ha sentido.
Estímulo siempre hay que dar
a la que de algún modo expuso su vida
para que tú nacieras.
Igual que queremos a la vida,
así debemos quererla a ella.
La madre que te dio la vida,
esa madre para ti incomparable,
la queremos y amamos tanto,
de la que nos sentimos orgullosos de llamarla…
madre.
Siento pena, mucha pena,
cuando sé de personas que no han conocido
a su madre.
Se han perdido el mayor placer de amor
que se respira en el aire..
JUMECO
En nacer o morir, todos tenemos su fin.
ResponderEliminarEste poema se lo dediqué a una futura mamá que vive en MóstolesBea Rodriguez y que es el primer niño de esta saga, ilusión mucha ilusión, les deseo lo mejor.
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