viernes, 29 de octubre de 2010

El miedo a al soledad


            EL MIEDO A LA SOLEDAD
                                 Registrada
Noches tenebrosas, noches de tormenta fingen aureolas en sus matices.
La imagen estructural del rayo me viene a recordar al espectro mago que atisba con su varita mágica el esplendor del cielo y su tronar.
Contamina por su atracción la noche negra. El espanto de su consternación  que a su paso deja helados los cuerpos en sus venas sangrantes por el horror.
Funesta tañe la campana por espíritus desconocidos, que se han hecho dueños del lugar.
Maldicen los cuerpos inherentes imaginarios en su desdén, a profetas de maleficios que buscan solo el placer.
Las campanas ensordecen nuestros tímpanos y el clamor de las ánimas se hace mas notorio, el pasar de lo segundos implorando malestar.
Los robles, sauces, chopos y álamos tronchan sus ramas por el vendaval. Los cipreses del camposanto apenas sienten los rayos que rompen mausoleos y cruces por doquier.
Ya el viento se ha llevado el vaho del ijillo que poderosamente reina en los cementerios.
La noche gime implacable; se funde con el terror. La lluvia, el viento, los rayos, truenos, hacen que los cielos se iluminen que  causan pavor.
Cierro la ventana, no oigo el estruendo, intento calmarme, pero la iluminaria  pasa incesante a través de los cristales aumentando su terror.
¡Qué noche más horrible para estar solo en la tempestad y no poder estar junto a los míos y en nuestro hogar! Así estuve toda la noche sin poderme acostar. Por fin llega el alba y he podido dormir temiendo de nuevo la noche que vendrá.
El día me ha traído la calma, pero no
EL MIEDO A LA SOLEDAD
                                                           JUMECO

1 comentario:

  1. Esta aunque parece un esajerada, para mí no lo es porque de niño pasé mucho miedo. Por las tormentas y por la guerra del 36, que me cogió en Salamanca y sus bombardeos.

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