Alma que abandonas el cuerpo
y dejas que se pudra bajo
tierra.
¿No piensas que al abandonarlo
puedes perder una persona
buena?
Así pensaba mi Ángel de la
Guarda
y no pudo evitar mi muerte.
Camino del juicio final
al ángel le pregunté:
¿Dónde me llevas?
¿A beber de tu fuente?
El Ángel nada respondió.
Se encaminó al purgatorio
donde las almas purgan sus
pecados
dando cuentas a Dios.
Pecamos, sin pensar en las
consecuencias.
Pecamos, en algunos casos, por
pasión.
Pecamos, olvidando en nuestra
salvación.
Me gustaría ser un Ángel
por ver cuanto pesan las alas,
y subir hasta el firmamento
para salvar algunas almas.
¿Cómo podría cambiar
de diablo que soy, a ser Ángel?
Eso ni el diccionario lo
encontrarás
por muchas palabras que tenga.
Seguiremos tratando con
honradez,
a nuestros congéneres con
amor,
que lo que nos quede de vida
sea de alegría y buen humor.
JUMECO
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