La niña iba a la fuente
un cántaro vacío llevaba
moviendo sus caderas
Por allí pasó un buen mozo
que con su dulce mirada
la dijo entrecortado.....
¿Dónde vas bella niña
que en mi camino te has cruzado
y yo de ti no se nada?.
A lo que la niña respondió
un tanto azorada:
Voy a por agua a la fuente
allí donde el agua mana
y calmar pronto la sed
que está pidiendo mi alma.
Si tú quieres, te acompaño
y así repartimos la carga,
repartiremos los amores
y repartiremos el agua.
La niña así accedió
hasta llenar el cántaro de agua
y así compartieron los dos
sus amores y su carga.
JUMECO
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