miércoles, 12 de junio de 2013

EN AQUELLA MADRUGADA



                        EN  AQUELLA  MADRUGADA



De madrugada intentaba contarla un cuento
del que apenas me acordaba

Sentados en el suelo sobre la blanda arena,
veíanse los albores de la madrugada.

Apoyada la cabeza sobre mis rodillas como almohada,
suspiraba con anhelo la felicidad que la embargaba.

Los rizos de sus cabellos alborotados por la brisa,
aún la embellecían mas, su bonita cara.

Absorto la contemplaba,
pensando que muy pronto aquella felicidad acababa.

Juntos pasamos la noche.
Juntos y sin indiscretas miradas.
Los luceros de la noche fueron testigos,
hasta que los venció el alba.

Se aproxima la despedida,
esa palabra tan detestada.
El murmullo de la gente iba llegando a la playa,
despertó mi adormecida alma.

Ya enmudeció la poesía.
Ya el misterio del silencio se lo llevó el agua.
Ya nos quisimos, nunca tanto...
En aquella madrugada.

                                          JUMECO  


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