Gocé,
como el gato
con
un ovillo de lana,
no
me da alternativa
la
musa que lleva mi alma.
Gocé,
por el paisaje
que
vi en el viaje
por
encima de las nubes
sin
que mi cuerpo se alterase.
Gocé,
por los manjares
que
mi paladar degustó,
sin
dieta ni medida
y
lo que me apeteció.
Gocé,
del descanso suntuoso
en
lechos silenciosos,
en
baños espumosos,
sin
prisa de madrugar.
Gocé,
de placeres sexuales
que
mi cuerpo me pedía
con
personas profesionales,
sin
ninguna oposición.
Gocé,
y fui cauto
al
declarar un nombre falso,
disfrutando
del momento
y
negar mi identidad.
Gocé,
como los ricos
que
tienen todo por dinero,
y
empobrecido el alma
que
no reconocen la verdad.
Soñé
que me despertaba
y
en mi cama estaba
con
la madre de mis hijos
de
mi vida, la ilusión.
JUMECO
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