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Cantaba la
ninfa a la orilla
de un cristalino lago
esperando
con su canto
apareciese
su príncipe soñado.
La lira bien
afinada
acompañaba su canto,
arpegios no
disonantes
lanzaba a
los vientos su llanto.
Todas las
mañanitas
a la salida del
sol,
oíase como
un lamento
siempre la
misma canción.
Los únicos
que la escuchaban
eran los
pájaros y anfibios,
que en
el aire y en el agua
disfrutaban
del lago escondido.
¿A quien
cantará la dama
con tanto
amor encendido?
¿No será que
está loca
con sus cantares enardecidos ?
Sí, está
loca esta bella cantarina, pero loca de amor por lo soñado, que sueña con él
todas las noches y su sueño no se ha realizado.
Sueña que su príncipe azul
que vive en el fondo del lago, busca su compañía
y vivir en su palacio.
Los días, pasan y pasan,
los días, siguen pasando
y el príncipe no aparece
del fondo del lago encantado.
Por fin un día apareció
un buscador de almas extrañas,
que con su sonrisa la invitó le siguiese hasta fondo del agua.
Ésta, con su locura
y de su amor estar segura,
le siguió andando despacio
hasta encontrar la penumbra.
Al llegar al fondo del lago
y allí no encontrar a su amado,
se quedó dormida para siempre y aún lo sigue esperando.
Así nos pasa a los humanos,
soñamos con amores y riquezas.
Los sueños, son ilusiones
y creer en ellos, una
torpeza
JUMECO
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