EL NOMBRE DE DIOS
Registrada
Procaz y decidido como flor en cuneta,
arreciada por los humos de la maldición.
Recobro el vigor que pierdo de día,
durante la noche con el rocío, su bendición.
Así en la vida algunas personas
que sufren el calvario terrenal,
con resignación todo se alcanza
la infamia y la gran tempestad.
Aquellos que aman el alma,
soportan continua degradación,
Aquellos que indagan el amparo
buscando el momento de su salvación.
¿Qué buscan los desventurados
que no escucharon los ecos
que en la lejanía tantas veces
oyeron, para su protección?
Esperan que surja el apósito
que cure sus heridas, como
un maná caído del cielo
para juntarse con Dios.
No todos creemos en Él
No todos nos beneficiamos
de su congratulación.
El que crea, que lo divulgue
y, el que no lo conozca
que calle el nombre de Dios.
JUMECO
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