La conocí en un
pueblo
bailando la “jota”
sus pasos yo le seguía
aunque, yo bailaba con otra.
Después, la vi sola
bebiendo una cerveza
me acerque ella
con gran entereza.
¡Hola!. Me llamo Juan;
esta noche te he visto
bailar,
y cada pasito que daba tu
cuerpo
a mi..-me hacia suspirar.
Ella al oír este halago
y con ganas de agradar,
me miró fijo a los ojos
con una mirada sensual .
La abracé su cintura
sin ella poner oposición,
la invité a otra cerveza
por ver si entraba en razón.
Nos fuimos andando
buscando la oscuridad,
pasando las ultimas luces
yo me decidí a actuar.
Sus labios carnosos
temblaban
con mis besos,
no
se si por miedo...
o
por embeleso...
La noche transcurría
con aquel amor fugaz,
nuestros cuerpos sudaban
como una fuente termal
Yo no la pregunté ,
ni su nombre ni su estado,
lo único que nos preocupó
fue el idilio disfrutado.
Volvimos al pueblo
ya bien alta la luna,
disfrutamos esa noche
como noche ninguna .
Nuestros cuerpos
henchidos de amor
nos despedimos esa noche
con un beso de pasión.
No he vuelto a ese pueblo
ni a saber nada de ella ,
pero me queda el recuerdo
de una aventura,
sin querella.
JUMECO.
No hay comentarios:
Publicar un comentario