jueves, 7 de mayo de 2015

AUNQUE NADE EN LA ABUNDANCIA


 

 

AUNQUE  NADE  EN  LA  ABUNDANCIA


             Había un ruiseñor que cantaba
 
compitiendo con el canto de un jilguero,

los cantos eran tan bellos

que impidieron el tronar y el aguacero.

 

¿Por qué compites conmigo

cuando yo tengo fama de maestro?

¡mi bello canto de ruiseñor

lo conoce el mundo entero!.

 

A lo que el jilguero contestó

con su inigualable trinar.

 

Si te consideras un maestro

y crees que todo sabes del  saber,

¿Por qué no imitas mi variado canto?

¡Pues yo no dejo de aprender!

 

El que presume de maestro


presume también de su ignorancia

que siempre le faltará saber

aunque nade en la abundancia.

JUMECO

 

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