Me acariciaron las palabras
anunciándome tu amor por mí,
una profunda reflexión y después,
el silencio embargó todo mi ser.
Sospeché en todo momento
tu inclinación por mí,
y llegando el momento sublime
sin poderlo evitar, me enrojecí.
Fue maravilloso el eco que quedó en mí,
como un sueño profundo que soñara
entre rosas en el mes de abril
La ilusión duró todo un verano,
nuestro contacto de amor germinó
como cosecha que se recoge
al final del año. Floreció.
La distancia sutil hizo el resto
para olvidar nuestras infieles promesas
los juramentos se resquebrajaron
como un cristal en la tinieblas.
Hoy aun te recuerdo
con gran tesón, el día
que tus palabras me acariciaron,
anunciándome tu amor.
JUMECO
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