Como árboles desnudos por el viento de hoja
caduca en invierno, así está mi corazón esperando que tú vuelvas a mí, por la
promesa de nuestro amor.
Pasó la primavera y también el verano y,
llegando el otoño me veré arrastrado por la desilusión creada en mí. Anhelo tu
presencia con deseos de no esperar otro año más.
Tumbado sobre la hierba, apoyada la cabeza
sobre mis manos, contemplo las estrellas en su brillante parpadear en esta
noche clara y serena. Más no las veo todas, me falta la tuya, fugaz e inquieta
que la sigo los pasos y me desconcierta.
Te esperé hasta muy tarde con impaciencia,
más, tu no llegaste. Trato de comunicarme contigo y nunca te encuentro. El
teléfono apagado, la puerta de tu casa cerrada a cal y canto.
Pregunto a los vecinos y nadie te ha visto;
¿Huyes de mí? o ¿Has desaparecido?
Creí en ti y en tu juramento, pero me estoy dando cuenta que
te falta argumento.
Al fin me veo triste y sólo igual que
cuando te conocí. Diste un cambio a mi vida de esperanza y alegría, pero me
confundí. Seguiré sólo con mis pensamientos y pesares esperando que un día
vuelvas a mí.
JUMECO
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