LA FIEBERE DEL ORDENADOR.
de estar ante el ordena
Tengo mi mente embotada
de estar ante el ordenador,
esa máquina infernal que opera
con las ordenes que le doy yo.
No es mi padre, ni mi hijo,
ni mi amigo, ni mi hermano,
pero si, es un buen instrumento
que nos ayuda a los humanos.
La tecnología del siglo XXI
avanza que es una barbaridad
-como diría Don Hilarión en la zarzuela-
y esto hace...un siglo...o más.
Es una máquina
muy precisa
en cálculo hay que darle la razón,
pero comparándola con los humanos
le falta sentimiento y corazón.
Yo diría...- y no exagero –
que es un cajón de la locura,
que con tanto automatismo
tan sólo nos quedan dudas.
¿A donde llegaremos los humanos
con tanta modernidad,?
¡A la luna....ya llegaron,
y no todos pudieron bajar!.
Se llevan el “ordenador” a la playa,
a bañarse o en vacaciones,
para ellos es lo más divertido
y no quieren más amores.
Yo creo – y así lo confirmo –
lo que Julio Verne vaticinó,
que llegarán a más planetas
pero para entonces no lo veré yo.
Una estela de mi alma
por el firmamento “vagará”,
allá donde se encuentre
el amor no acabará.
JUMECO.
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