REGISTRADA
Cuando los rayos del sol
inundan tu hacienda,
y tu corazón despide
gozos excitantes;
los alientos
se engrandecen por la
lujuria
alterando tus latidos
salvajes.
A mi memoria llega tu faz,
enrojeciendo mis
mejillas;
recordando tiempos
pasados
que el tiempo no borró.
Oprimo contra mi pecho
el relicario tuyo que
aún conservo,
con tus rizos de oro y
pasión.
El ayer guarda
esperanzas
del mañana que ha de
llegar.
Los caminos
recorridos...
Recuerdos no han de
faltar,
para cuando nos
encontremos,
nuevamente, nuestro
amor
a de brillar.
Y así en la cumbre de
nuestro idilio
las palabras en
silencio dormirán .
Nuestras manos enlazadas
con su ardor al
palpitar,
encontraremos lo que
tanto anhelamos,
sin repudias ni
reproches,
sólo con el deseo de
amar.
JUMECO
El amor uno de los motores de la vida.
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