lunes, 25 de agosto de 2014

UN JUICIO FINAL




Un juicio final  

MI JUICIO FINAL.



Me pusieron contra las cuerdas
y no me supe defender.
Mis ojos centelleantes buscaban el refugio
para salir del atolladero
que las circunstancias requerían.

Al fin se hizo la luz,
que de momento fue tenue,
 pero que a medida que pasaban las horas
 brilló con toda su intensidad
y esplendor a lo largo de un túnel inmenso.

Oí que me llamaban por mi nombre
y apellidos e intenté andar
 hacia el lugar de donde procedía la voz;
me fue imposible el dar un paso,
pues mis piernas habían desaparecido
e igualmente mi cuerpo
que se había convertido en la nada.

Traté por todos los medios de averiguar
 este caos inaudito,
 pero ya era tarde,
mis cenizas ardían en la hoguera.


ME DISPUSE A ESCUCHAR EL JUICIO FINAL

JUMECO




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