sábado, 26 de octubre de 2013

ROMANCERO Nº 6



ROMANCERO - nº- 6
 




Las lágrimas afluían a mis ojos
cuando mi alma moría,
no hay suficientes  lágrimas
para ahogar las penas mías.

Ayer pasé por tu calle
y no estabas en el balcón,
te tenía que dar unas rosas
que llevo en el corazón.

Soy un viejo solterón
con piso, garaje y trastero,
con ganas de enamorarme
y decir lo mucho que te quiero.

Un infinito con estrellas
persigo desde mi infancia,
lo tengo un poco más cerca
cuando tu me quieres con ansia.

Quisiera ser como el viento
y penetrar en todos los hogares,
para recoger todos los suspiros
que por sus hijos da una madre.

Expoliaste mi hacienda
por no encontrar mi  cariño,
no buscaste mi corazón
que es donde lo tengo escondido.

Yo siempre fui un borracho
pero un borracho empedernido,
me emborraché con tu  amor
con tu hermosura y tu cariño.

Buscando una perla bajé
a lo mas profundo de los mares,
¿Por qué iría yo tan lejos
cuando la tengo en mis lares?.

Si al ponerse el sol en el ocaso
tu a mí ya me olvidas,
delatas que no te gusta la noche
y que sólo te gusta el día.

Si se vendiese el cariño
yo tendría mucho para vender,
tengo un corazón tan grande
que ya no me cabe, tanto querer.

El imposible no existe
si se trata de dar amores,
el primero se lo di a mis padres
por conocer el  mundo y más razones.

La barca si no das al remo
no avanzará en el mar,
por eso quiéreme mucho
y nunca me dejes de amar.

No persigas la codicia
de aquel que tanto tiene,
confórmate con lo necesario
que a la larga es lo que conviene.

Sentí un viento más bien tenue
que delató tu presencia,
sin abrir los ojos sentí tu cuerpo
y tu olor de buena esencia.

Posando mis labios ardientes
junto a tus senos exuberantes
el rubor se acrecentó, y los
sentidos incontrolables.

Pasaste por mi vida
como un huracán destructor,
y aún me quedan heridas
de aquel fallido amor.

JUlián MEsonero Corredera.

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