En solitario yo me fui
por esos caminos de Dios,
y me encontré en mí mismo
mis defectos y mi dolor
por los pecados cometidos,
y arrepentido yo lloré,
prometiéndome seguro
que no pecaré otra vez.
La débil carne me apasiona
no sé hasta cuando
esta pasión me
durará,
mis sentimientos son exigentes
imposible de evitar,
a la hora de tal deseo
olvido que es un pecado desear
lo que pertenece a los demás.
¡OH! Pecador arrepentido
¿Por qué no quieres ver la verdad?
El vicio que pide tu cuerpo
¿No lo puedes controlar?
Sométete a una terapia
que el pecado te haga olvidar
y así con tu arrepentimiento
la Gloria puedas alcanzar.
JUMECO
No hay comentarios:
Publicar un comentario