martes, 29 de marzo de 2016

VIVIR PARA EL DESEO


 




VIVIR PARA EL DESEO


 


En solitario yo me fui


por esos caminos de Dios,

y me encontré en mí mismo

mis defectos y mi dolor

por los pecados cometidos,

y arrepentido yo lloré,

prometiéndome seguro

que no pecaré otra vez.

 

La débil carne me apasiona

no sé hasta cuando

  esta pasión me durará,

mis sentimientos son exigentes

imposible de evitar,

a la hora de tal deseo

olvido que es un pecado desear

lo que pertenece a los demás.

 

¡OH! Pecador arrepentido

¿Por qué no quieres ver la verdad?

El vicio que pide tu cuerpo

¿No lo puedes controlar?

Sométete a una terapia

que el pecado te haga olvidar

y así con tu arrepentimiento

la Gloria puedas alcanzar.

 

                   JUMECO